Prevención Combinada en acción como respuesta al VIH/Sida

Hablar de prevención combinada en respuesta al VIH es importante debido a que aún se encuentra lejos la meta de acabar con la pandemia. En el año 2013, ONUSIDA y la Organización Mundial de la salud se establecieron ambiciosos objetivos en cuanto a la reducción del VIH/Sida. El plan fue llamado 90-90-90 porque se pretendía que, para el año 2020, el 90% de la población mundial que vive con VIH debía estar diagnosticada, que el 90% de los detectados comenzaran su tratamiento y que, de este total, el 90% estuvieran en estado “indetectable”. Eso suponía que las nuevas infecciones anuales no debían superar las 500 mil, y el desafío mayor era que 30 millones de personas estuvieran adheridas a un tratamiento antirretroviral.

Sin embargo, las metas obtenidas no fueron las esperadas. Para el año 2020 se registraron 1.5 millones de nuevas infecciones. Por tal motivo, y mientras esperamos la vacuna preventiva, la manera más eficaz de paliar esta situación es la Prevención Combinada. Esta estrategia corresponde a un conjunto de programas fundamentados en 2 pilares, los derechos y la evidencia científica, los cuales promueven acciones específicas en 3 dimensiones: biomédicas, estructurales y comportamentales.

Dimensión estructural

Las estrategias de abordaje de barreras estructurales son las que permiten crear un entorno favorable para que el resto de las medidas de prevención puedan interactuar sinérgicamente.

Complementando a las otras, esta dimensión se enfoca en la eliminación del estigma, la discriminación y la violencia; busca reformas políticas y legales, se enfoca en la equidad de género y diversidad, en los derechos humanos y el derecho a la salud, buscando reducir la inequidad en salud y mejoras en los determinantes sociales.

Dimensión biomédica

Aquí encontramos la correcta utilización de las barreras de protección siendo los más conocidos el condón de pene (externo) y de vagina (interno), el uso de lubricantes de preferencia a base de agua y nunca usar saliva, vaselina, aceite o cremas , también se enfoca en la detección de VIH u otras ITS mediante la realización de exámenes e incluye su tratamiento una vez detectadas, la circuncisión voluntaria de pene, uso de PrEP y PEP y la vacunación contra la hepatitis B y el virus papiloma humano,  son otros de sus componentes.

Dimensión comportamental

Tal como lo dice su nombre, se basa en conductas ya sea de una organización o de las personas, y consiste en la realización de consejerías o entrega de información a gente que la necesite, también se puede encontrar la notificación asistida de parejas del resultado de un examen y por último, en esta dimensión, tiene mucha relevancia el papel de los medios de comunicación y las redes sociales para acercar a la gente a las instituciones que pueden ayudar o también a la información misma con el sólo hecho de compartirla. Esta dimensión tiene un rol fundamental en la percepción del riesgo de la gente hacia las ITS.

Campaña HSH

Con el fin de fortalecer las estrategias de intervenciones comportamentales, la Fundación Chile Positivo, patrocinada por la SEREMI de Salud Metropolitana, aborda distintos temas en el contexto de una campaña que se dirigida a hombres con prácticas homo/bisexuales a través de redes sociales, cuyos contenidos se basan en:

 

Sexo en tiempos de Covid19

Sexo secreto entre colegas (Budsex)

Profilaxis para prevenir el VIH

El placer como eje de prevención

El cruising y autocuidado

Fisting y no morir en el intento; entre otros…

 

 

 

 

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