A 40 años de los primeros casos de VIH en el mundo, la historia de esta epidemia aún sigue presente. Con el paso del tiempo se han dirigido los esfuerzos científicos, gubernamentales y humanos a la prevención de la transmisión y a la formulación de fármacos antirretrovirales que han permitido mejorar sustancialmente la calidad de vida de les usuaries. Aun así, queda una deuda pendiente ¿Por qué no se ha creado una vacuna para prevenir la transmisión de VIH?
Durante años se han realizado diversas investigaciones enfocadas en la creación de una vacuna con esta finalidad, sin embargo se han encontrado diversas consideraciones para el desarrollo de esta, en primer lugar se presenta una extrema diversidad genética del VIH-1 (más común a nivel mundial), en segundo lugar se debía tener comprensión de las dinámicas de las respuestas inmunitarias celulares en la infección natural por VIH-1 en humanos y, en tercer lugar, la posibilidad de que el virus, atenuado e inoculado, pueda mutar y recuperar su patogenicidad tras la vacuna. A esto se le suma la dificultad para realizar grandes ensayos clínicos y las limitaciones de los modelos animales. Por ejemplo, se ha planteado que la infección de primates con VIS (Virus de inmunodeficiencia en simios) representa el mejor modelo animal disponible para hacer las pruebas de vacunas que protegerían a los humanos del VIH. Varios estudios de SIV challenge mostraron una protección parcial contra la adquisición. En algunos casos, ha habido una asociación con los anticuerpos provocados, pero no se ha identificado un mecanismo inmunológico fuerte o correlativo.
Mosaico es una vacuna que recientemente ha pasado a fase III de sus ensayos clínicos en humanos. Fue desarrollada por el laboratorio Janssen, la filial de Johnson & Johnson, con estudios promisorios.
Esta vacuna se basa en un adenovirus modificado (virus no encapsulado) que porta ADN de la combinación de las proteínas más características del virus VIH, y que ha determinado, en estudios de fase I y II, su capacidad para generar anticuerpos contra los diferentes subtipos de este. Su nombre “Mosaico”, hace honor a las diferentes partes de una variedad de cepas del virus VIH que se agregan genéticamente a un vector viral (adenovirus 26) que es inofensivo para los humanos, pero efectivo para generar inmunidad específica contra los diferentes subtipos de VIH.
Este prototipo usa la misma tecnología que fue empleada por Janssen en su vacuna del COVID-19: un adenovirus modificado para que transporte al interior de las células, el ADN de las proteínas más representativas del virus, de manera que el organismo de la persona cree anticuerpos contra ellas.
Mosaico prevé un estudio a gran escala en el que se intentará comprobar si su esquema de vacunas experimentales, pueden prevenir la infección por VIH en América del Norte, América Latina y Europa.
Esta vacuna tiene un fin preventivo, es decir, busca evitar que personas VIH negativas adquieran este virus, y no que las personas que ya viven con él lo eliminen de sus cuerpos.
En el estudio se incluirán a hombres cisgénero y personas transgénero (persona cuya identidad de género no se alinea con el género asignado al nacer) que tienen relaciones sexuales con hombres cisgénero y/o personas transgénero.
La vacuna para el VIH-1 involucra estrategias de inducción de anticuerpos neutralizantes de células T, y cuya función protectora se encuentra indirectamente respaldada por la detección de células T CD8 + específicas del VIH-1 en sujetos seronegativos expuestos al VIH-1.
Por ende, la idea de Mosaico es optimizar la cobertura inmunológica celular de las personas ante la diversidad de secuencias globales y posibles mutaciones del VIH, para que a través de una recombinación de cepas naturales del VIH-1 se pueda estimular el sistema inmune y limitar las presentes posibilidades de “resistencia a la vacuna”, algo que en un virus tan escurridizo como este, es realmente complicado.
La mejor estrategia de vacuna para el VIH-1 probablemente involucrará la inducción tanto de anticuerpos ampliamente neutralizantes como de células T CD8 + efectivas. El camino hacia cada uno requiere enfoques diferentes, por lo tanto, la mayoría de los estudios se enfocan en desarrollar estrategias de vacuna de anticuerpos neutralizantes de células T y en general por separado, antes de finalmente combinarlas en una vacuna de campo. Mientras tanto, cualquier tipo de vacuna por sí sola, si es eficaz, podría reducir la propagación del VIH-1 y beneficiar a las personas infectadas. En los seres humanos, la función protectora de las células T está respaldada indirectamente por la detección de células T CD8 + específicas del VIH-1 en sujetos seronegativos expuestos al VIH-1.
Para un mejor entendimiento de la vacuna, estas no se elaboran a partir del virus vivo o muerto (atenuado), ni de células humanas infectadas con VIH por lo que no hay riesgo de transmisión. Además, representa una ventaja frente al uso de la profilaxis de preexposición (PrEP), ya que evitaría la necesidad de tener que tomar fármacos orales para evitar la infección y su eficacia no dependería de la constancia y responsabilidad de la persona de tomar un medicamento.
No conocemos todos los riesgos de estos ensayos clínicos, sin embargo, conocemos algunos resultados del estudio Ad26.Mos4.HIV, de la vacuna Ad26 donde participaron 3000 personas adultas sanas en 3 estudios médicos. La información extraída de 236 participantes (En Estados Unidos, Ruanda y Kenia) revela que las personas no tuvieron molestias. Sin embargo, algunos efectos secundarios han sido registrados en las vacunas con el vector Ad26, los cuales corresponden a: dolor en el lugar de la inyección (donde se administró), dolor de cabeza, sensación de cansancio y dolores musculares.
Técnicamente esta vacuna de proteínas está compuesta de dos partes, gp140 de clado C y gp140 mosaico. La parte gp140 de clado C se ha administrado en 6 estudios en los que se incluyeron más de 3.000 participantes, en donde hasta la fecha los resultados muestran que el producto no provoca graves problemas de salud y los efectos secundarios comunicados con más frecuencia son dolor de cabeza, malestar estomacal, sensación de cansancio y dolor en el lugar de la inyección.
Este ensayo consta de dos vacunas diferentes que tratan de activar el sistema inmunológico para la protección frente a la infección. La primera vacuna consta de dos inyecciones que inoculan un adenovirus modificado genéticamente (no es un virus debilitado) para trasladar al sistema un mosaico de material genético con instrucciones para crear partes del virus. Este material busca la inmunidad frente a una amplia variedad de cepas del VIH en todo el planeta. Es decir, esta vacuna contiene distintas imitaciones de material genético de los principales subtipos de VIH más frecuentes en países occidentales. La segunda vacuna compuesta también por dos dosis contiene además del adenovirus, una segunda inyección con un adyuvante que potenciará el efecto de la primera con el fin de generar una respuesta inmunológica más fuerte.
A pesar de los múltiples intentos de vacunas contra el VIH, no es hasta el ensayo RV144, realizado en Tailandia en 2009, donde uno de ellos demuestra ser efectivo, correspondiendo la eficacia de la vacuna a un 60% en la primera etapa (Vásquez, 2013), porcentaje que indica la reducción del riesgo de adquirir el virus en individues vacunades, para después disminuir su efectividad a un 31,2% a los 42 meses del estudio (Hemelaar, 2012). Estos porcentajes fueron muy bajos para su aprobación, sin embargo, representaron una primera señal esperanzadora sobre la posibilidad de combatir la pandemia.
Investigaciones posteriores derivadas de este ensayo señalan la importancia del análisis de la acción de anticuerpos neutralizantes los cuales actúan en relación a la envoltura del VIH-1.
Dentro de los ensayos de RV144 se vislumbra que esta envoltura compuesta de proteínas, dentro de las cuales se encuentra la gp120 constituida por 5 segmentos variables, cobra un gran significado debido a que representa el lugar en donde se induce la producción de anticuerpos neutralizantes, los cuales combaten el virus desde el propio organismo infectado. La complejidad radica en que el virus logra “escapar” de estas zonas, para mutar y generar diversas variables de sí mismo, lo que complica el efecto inmunizante que pueda tener una vacuna frente a otras variables de VIH (Granados-González et al, 2009). Este es un ejemplo sobre uno de los fenómenos que dificultan el desarrollo de la vacuna.
Estos resultados fueron tomados como punto de partida para posteriores ensayos clínicos, los cuales buscaban dar con una vacuna que brindara una mayor protección y eficacia, además de ser efectiva frente a los distintos subtipos y cepas de VIH.
Es en este contexto, en donde se impulsan diversos estudios para encontrar una vacuna eficaz, entre estos, cabe mencionar dos que se encuentran actualmente en curso, estos son: Imbokodo o HVTN705 y HVTN706/ HPX3002. (Beth Israel Deaconess Medical Center-Boston, 2017; Mosaic Study, s/f).
En primer lugar, el ensayo clínico conocido como HVTN705 o Imbokodo (Beth Israel Deaconess Medical Center-Boston, 2017), comienza en noviembre del 2017 en Sudáfrica, en el cual se aplica una vacuna experimental que consiste en una mezcla o mosaico de genes de diferentes subtipos de VIH. Estas piezas genéticas no provienen directamente del virus, sino que se fabrican en laboratorios por lo que no es posible adquirir el VIH por medio de sus dosis. La muestra de este estudio la componen más de 2.600 mujeres, entre 18 y 35 años de edad, que no viven con VIH y pertenecen a diversos países dentro de los que se encuentran Sudáfrica, Malawi, Mozambique, Zambia y Zimbabwe. Se espera que los resultados de este estudio se obtengan para este año (2021). Esta vacuna fue probada en primera instancia en estudios con animales, y luego verificada su seguridad en ensayos pequeños, en los estudios conocidos como Approach y Traverse (Beth Israel Deaconess Medical Center-Boston, 2017).
Por otro lado, el estudio HVTN706/ HPX300, también conocido como estudio Mosaico, comenzó a incluir participantes desde el año 2019. Actualmente se encuentra en fase III, lo que significa que avanzó a la etapa en que se analiza el funcionamiento de la vacuna en mayor profundidad para observar su eficacia, requiriendo una mayor muestra de voluntaries para su investigación. Actualmente se encuentra en curso, recibiendo participantes durante el pasado 2020 y se espera recibir más en este año 2021, con la finalidad de obtener una muestra de aproximadamente 3.800 individues. (Mosaic Study, s.f.).
La vacuna de proteínas se administra con fosfato de aluminio como adyuvante para aumentar la respuesta inmunológica. Los adyuvantes de aluminio se han utilizado de forma segura en las vacunas durante más de 70 años.
El estudio Mosaico consiste en analizar el funcionamiento de dos vacunas experimentales, denominadas Ad26.Mos4.HIV (vacuna Ad26) y gp140 (vacuna de proteínas) bivalente. Estas se administran en un esquema de vacunación que consiste en 4 inyecciones, la primera dosis se les administra a les voluntaries de manera inmediata, la segunda a los tres meses, la tercera a los seis y la cuarta al finalizar el año. Se está realizando en diversas partes del mundo, incluyendo diversos países tales como Argentina, Brasil, México, Perú, Italia, Polonia, España y Estados Unidos.
Quienes deseen ser partícipes de la investigación deben cumplir con una serie de condiciones, las cuales según se señala en la página oficial, consisten en: ser hombre cisgénero o una persona transgénero que se relacione sexualmente con hombres cisgénero y/o con personas transgénero. Tener entre 18 y 60 años de edad, no ser VIH positivo ni usar profilaxis pre-exposición (PrEP). Cumpliendo con estas condiciones, desde los centros de investigación también se les harán ciertas preguntas y exámenes físicos a quienes deseen participar para determinar si pueden ser parte de la investigación. (Mosaic Study, s.f.).
Finalmente, se estima que la duración del estudio sea de cuatro años, esperando verificar el funcionamiento y eficacia de las vacunas Ad26 y de la vacuna de proteínas para el año 2022.
- Interacción con otros medicamentos
Hasta el momento no se encuentran estudios disponibles atribuidos a la interacción con otros medicamentos, por lo que preliminarmente no habría una interacción directa con los medicamentos de uso diario.
Mosaico en el transcurso de los años ha demostrado su seguridad y eficacia frente al VIH. Los estudios previos lograron encontrar anticuerpos en un 97% de los participantes que recibieron dicha vacuna (Mosaico: La primera vacuna en fase avanzada para el VIH en diez años, 2021).
Los resultados positivos de los ensayos en etapa temprana han llevado a la aprobación por vía rápida de lo que es solo el quinto ensayo de eficacia de fase II en 35 años. Se espera que la vacuna candidata “Mosaico” mejore la eficacia del 31 por ciento del ensayo RV144, cuyos resultados se consideraron inadecuados para la prevención del VIH a gran escala.
Los investigadores de APPROACH informaron que, después de 96 semanas, Mosaico no sólo fue bien tolerada, sino que desencadenó una respuesta inmune anti-VIH independientemente de la combinación de vacunas utilizada. Se están realizando esfuerzos paralelos para desarrollar vacunas candidatas que aborden la hipervariabilidad del VIH, con el objetivo de aumentar la amplitud de las respuestas de anticuerpos y células T o centrar las respuestas en regiones conservadas del virus, mientras que el, denominado «antígenos mosaico», se utiliza en métodos in silico (Los Alamos National Laboratorios) para diseñar inmunógenos que representen diversas secuencias que representan la elección óptima de epítopos de todas las cepas de VIH conocidas, para una amplia cobertura de virus circulantes.
Referencias
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- Beth Israel Deaconess Medical Center-Boston MA; NAICS: 621111, 622110. (2 de diciembre de 2017). New `mosaic` HIV vaccine study launched for World AIDS Day. ProQuest. Recuperado de: http://www.proquest.com/wire-feeds/new-mosaic-hiv-vaccine-study-launched-world-aids/docview/1970891913/se-2?accountid=14675.
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